Divididos en dos etapas, los alumnos de la Carrera de Fonoaudiología de la Universidad Autónoma de Chile vivieron su tradicional ceremonia de investidura, acompañados de familiares y amigos.

Se trata de un rito que se genera en la mitad del ciclo formativo de los estudiantes -50 en esta ocasión- , donde reciben el uniforme clínico con el que empiezan a trabajar con pacientes.

Juan Bastías, director de la Carrera, explicó que “ellos ya han trabajado con pacientes en la etapa preclínica, pero el hecho de recibir un uniforme, poder aplicar otras técnicas y ser más autovalentes, hace que se sientan fonoaudiólogos y desarrollen mucho más el sentido de pertenencia con la Carrera y con la universidad. Además les genera la posibilidad de interactuar con sus compañeros como futuros colegas, con pacientes reales, en lugares de práctica también reales y donde tienen que realizar prácticamente todas las labores de un fonoaudiólogo ya titulado”.

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Cabe señalar que estos 50 jóvenes hoy ya están insertos en distintos lugares, desarrollando su actividad. Sin embargo, no es el primer contacto que tienen con pacientes. En la Autónoma, los alumnos inician esta relación con el que será su entorno laboral, en el primer nivel.

Lo anterior, según Bastías, es relevante, ya que en terreno “es donde se establece una relación más directa con los pacientes reales, aprenden a reconocerlos, a identificarse con ellos, a conocer a sus familias, el dolor o tal vez la tristeza que podría generar alguna patología de comunicación. Y la fortaleza que ellos (los estudiantes) también ganan, es que se hacen partícipes del proceso de aprendizaje o de desarrollo de los pacientes”, puntualizó.

Actualmente los alumnos cursan el tercer año, período durante el cual se desempeñan en campos clínicos y asisten de manera paralela a clases. Será en quinto año cuando ya tendrán que cumplir con un año de práctica independiente, pero rigurosamente acompañados y supervisados por académicos de la Universidad.

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