Recuperar la movilidad corporal de personas con lesión cerebral adquirida y reentrenarlos en actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, son los objetivos principales de la neurorrehabilitación que realiza el equipo multidisciplinario de Fundación Esperanza Nuestra.
El gimnasio, una sala de simulación y también contextos reales, sirven de espacios para las intervenciones grupales e individuales en las que trabajan funciones motoras, cognitivas, ejecutivas y sociales. En ellas, el terapeuta ocupacional ejerce el rol de “facilitador de la recuperación, la reorganización y la resignificación de la persona, sus intereses, ocupaciones y proyecto de vida”.

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Así lo explicó Carolina Pino, terapeuta ocupacional de ese centro ubicado en Maipú, que es también centro de práctica de esa carrera de la Universidad Autónoma de Chile. Fue una de las expositoras del seminario “Del daño cerebral adquirido al ejercicio de la ciudadanía” organizado por la carrera, en el que participaron destacados docentes, profesionales clínicos y más de un centenar alumnos.

“Me gusta trabajar con los estudiantes de esta universidad porque tienen el sello que buscamos en la Fundación: no solamente visualizar un daño cerebral adquirido sino también a una persona, desde sus derechos y su participación en la sociedad”.

En esa misma línea, la alumna de quinto año Daniela Miranda precisó que el profesional forma parte de un equipo interdisciplinario de rehabilitación integral, compuesto además por psicólogos, kinesiólogos y asistentes sociales, entre otros.

“Tenemos asignaturas durante todo el proceso académico en las que nos enseñan la teoría, las estrategias y las técnicas de la rehabilitación de lesiones o patologías, que luego llevamos a cabo en un aspecto más práctico”.

Por su parte, el director de Terapia Ocupacional en Santiago, Jorge López, subrayó que convertirse en agentes de cambio y de inclusión forma parte del perfil de egreso de sus estudiantes.

“Es fundamental que en su desempeño vean a las personas como sujetos de derecho y consideren no solo aspectos físicos sino también intelectuales, cognitivos, psicoemocionales y contextuales”, precisó.

 

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