Como cada mes de mayo, el pasado 21 se conmemoró el Día de las Glorias Navales, en memoria del Combate Naval de Iquique del año 1879. Esta hazaña, liderada por el capitán de fragata Arturo Prat, quien guió la corbeta “Esmeralda” en esa batalla y murió en la cubierta del monitor peruano “Huáscar”, representa un hito en la historia de Chile y durante décadas ha sido recordado y cultivado por instituciones gubernamentales y educativas.
No obstante, más allá del planteamiento histórico evocado cada año, especialistas en diversas áreas plantean que la mirada que requiere una celebración como el Mes del Mar debe ser mucho más integral y valorar esta masa de agua salada como un preciado recurso no sólo natural, sino también educativo.

Tres miradas distintas plantean académicos e investigadores de la carrera Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, quienes proponen abordar desde las escuelas y la sociedad el Mes del Mar a partir de su valor histórico, pero también geográfico y medioambiental.

Para el Doctor en Historia, Raúl Sánchez; el Doctor Educación, Fernando Godoy; y la Doctora en Ciencias Ambientales, Daniela Vásquez, está celebración histórica chilena y lo que ella comprende, no se debe reducir solo a una fecha, sino ver en conjunto cada uno de los elementos que la integran, como el mar en sí mismo, a propósito de acercarlos aún más a la sociedad, para su valoración, resguardo y cuidado.

LA HISTORIA Y EL MAR

El Dr. Raúl Sánchez, también especialista en Historia Económica y Medio Ambiente, explica que si bien la celebración del Mes del Mar forma parte del “conducto emocional” de la historia de Chile y exalta la figura de Arturo Prat, este hecho también es analizado como el resultado de un conflicto económico, con participación de capitales ingleses asentados en el país, interesados en ocupar la zona sur de Bolivia.

“A Chile no le estaba yendo bien en la guerra económica, hasta que se produce este conflicto en Iquique, muere Prat y mueren otros jóvenes marinos. Esto produjo un tremendo impacto en todos los chilenos de la época, los aglutinó, los impregnó de patriotismo, creó una mística gigante en el pueblo que se alineó y creó un ejército gigantesco, comparado con el de Perú y Bolivia.

Allí se vuelve a reflotar la idea e importancia de esta gesta, porque cuando se controla el mar, se controla gran parte del territorio”, subraya el investigador.

Comenta que si bien las sociedades necesitan recordar hechos que produzcan unión, la conmemoración del Mes del Mar se ha reducido por años a desfiles y actividades escolares, puesto que históricamente no se ha sabido aprovechar como recurso; se ha entregado gran parte de su explotación a empresas extranjeras, que han agotado las riquezas de este.

A dicho análisis el experto agrega que Chile es una sociedad preocupada por la agricultura y la minería, más que por el mar. “Eso era lo que nos alimentaban y era la preocupación…y viene el 21 de mayo y llevamos a los niños a la plaza, recordamos a Prat y el mar pasaba el resto del año sin que nadie se preocupara por él”, sentenció.

MAR COMO RECURSO EDUCATIVO

mar 2Si bien durante años se ha enseñado en los colegios la historia a través de los currículos escolares, el académico Dr. Fernando Godoy, también especialista en Didáctica de las Ciencias Sociales, considera que en la actualidad es necesario transmitir la historia desde la necesidad del estudiante, por ejemplo, mostrar a Arturo Prat niño o joven, puesto que la sociedad y su pensamiento han cambiado con los años.

“El discurso o relato que se dio de la muerte heroica de Prat y el hundimiento del Esmeralda, caló mucho en el pueblo chileno que comenzó a querer defender la guerra. Eso hizo que la guerra calara y así ha sido tratado este hecho histórico…Sin embargo, se ha ido superando esa postura y hemos sabido darle cabida a otras miradas de la historia; una historia más crítica, donde no sólo se comparte la visión de un historiador, un único personaje o un acontecimiento”, cuenta el docente para quien es importante que los estudiantes, cualquiera que sea el nivel, aprendan a manejar fuentes de información para formar opiniones.

Para Godoy la celebración del Mes del Mar se circunscribe a una historia, quedando incluso el mar en segundo plano. Sin embargo, invita a apreciar el mar como un recurso educativo desde el pasado, presente y futuro. “Chile cuenta con un tremendo potencial en el mar. Hay que educar a los estudiantes para valorar este patrimonio, valorar lo que significa el mar como parte de nuestra historia, pero también como termo regulador o por su biodiversidad”.

UN MAR PARA CUIDAR

La Dra. Daniela Vásquez, especialistas en Humedales Costeros y Patrimonio Natural, comenta que el mar de Chile posee un conjunto de características que le hacen gozar de biodiversidad. “A pesar de que es una costa con un mar frío, rasgo que viene dado por la Corriente de Humboldt, por años se contó con mucho potencial para la pesca, que fue muy importante hasta que terminamos realizando la sobrexplotación de los recursos…Pero el potencial de nuestra biodiversidad es amplio, de canales y fiordos, incluso”.

Actualmente el recurso marino de las costas de Chile se encuentra degradado, en incluso afectado por el derrame de derivados del petróleo producto del desplazamiento de embarcaciones, así como otros desperdicios y, en opinión de la académica, son necesarias políticas públicas más severas y proteccionistas, además de la educación ambiental. “Puede ser que a nivel de sociedad y producto del apogeo de la conciencia ambiental y que ya se empiezan a ver los efectos del cambio climático, se

aprecia que algunas comunidades organizadas han colocado freno a estas acciones, pero ha habido mucho daño”.

Explica que los espacios costeros no son sólo la parte marina, sino también su litoral. “La playa es un lugar que invita a que muchas personas quieran colocar allí su casa de veraneo o grandes proyectos inmobiliarios, pero estos también son una amenaza para la zona, porque son situados en lugares bastantes frágiles”, comenta.

La actividad humana es capaz de remover la arena de las dunas, por ejemplo, y su recuperación puede demorar años, afectando así el ecosistema.

En tal sentido, invita a contribuir con acciones sencillas, como tener cuidado en el tratamiento de productos y residuos que se vierten al drenaje y evitar lanzar desechos a las calles y los ríos, como las colillas de cigarrillo, ya que estos llegan al mar. Actuar con responsabilidad ambiental en las zonas costeras y en especial durante la práctica del turismo.

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