El trabajo en torno al proceso de autoevaluación institucional se está llevando a cabo de acuerdo a la planificación informada por la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad.

«La autoevaluación institucional es la primera etapa antes de iniciar nuestro proceso de acreditación en 2024. Esta es la etapa interna donde toda la comunidad es convocada a participar, analítica, crítica y constructivamente, en la revisión de cómo hemos avanzado, cómo nos hemos desarrollado y cómo respondemos a los criterios de aseguramiento de la calidad que establece la Comisión Nacional de Acreditación”, dijo la Vicerrectora Francisca Gómez en el hito de lanzamiento de esta etapa realizada en Talca a principios del mes de abril.

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Allí se indicó la labor que desarrollarán las siete comisiones que se crearon para abordar las diversas áreas y temáticas de interés con miras a lograr una acreditación exitosa, trabajo que hasta el minuto se ha desarrollado de manera fluida y efectiva, según cuenta la integrante de la Comisión 2, encargada de analizar lo referente a cuerpo académico, investigación, innovación docente y mejora del proceso formativo, María Cecilia Urzúa, quien es docente de la Facultad Administración y Negocios en Talca. «El trabajo ha sido sistemático, con una participación mayor al 50% de los convocados, se cumple el horario acordado, en todas las sesiones ha habido un espacio para dar a conocer información y trabajos grupales para analizar la información entregada y finalmente un plenario para dar a conocer el trabajo de los grupos, identificando los acuerdos», indicó.

Respecto de los objetivos trazados por la comisión, la docente dijo que ellos se han centrado en compartir información referente al proceso de acreditación y sus actualizaciones, analizar en qué estado se encuentra la institución y en recopilar sugerencias para optimizar los procesos, subrayando que esta labor que se está realizando con miras al proceso de acreditación 2024 es muy positiva sobre todo por su caracter participativo. «El proceso de acreditación en sí es un aporte porque permite una revisión exhaustiva del quehacer de la universidad, determinando las áreas de mejora, más aún cuando es participativo y nos da la oportunidad de conocer variables que por nuestro que hacer no nos son familiares y aportar desde nuestra mirada. En relación con el resto de la comunidad creo que es importante que se de a conocer que esto se está viviendo, mostrar lo relevante que es y quizás invitarlos a sumarse haciendo aportes», destacó Urzúa.

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