Lleva un año en la Universidad Autónoma, agradecido de la oportunidad para desarrollarse como profesional y entusiasmado por los importantes espacios que nuestra institución está generando para potenciar las investigaciones científicas, Carlos Blondel se ha dedicado a la tecnología Crispr una técnica de edición genética que se abre espacio y motiva cada vez más el interés de los científicos.

De sonrisa fácil y bueno para conversar, Carlos Blondel es uno de los investigadores más destacados de la Universidad Autónoma. De niño estuvo interesado en la ciencia, su padre era geólogo y el estímulo por la ciencia era parte de lo que se respiraba en su hogar. Participaba de manera activa de las ferias científicas escolares y se acercó a los profesores como buen niño motivado y entusiasta.

Nació en Santiago, pero a raíz del trabajo de su padre, vivió en distintas ciudades y terminó la enseñanza media en El Salvador, una pequeña ciudad del norte, diseñada y construida en 1959 para los residentes del yacimiento minero del mismo nombre.

El año 2014, mientras realizaba su postdoctorado en Boston, Estados Unidos, comenzó a generar plataformas de perturbación genética utilizando Crispr. “Mi mentor de esa época me dio la posibilidad de tener acceso a esa tecnología. Mi interés -en particular- es el estudio de la interacción entre bacterias patógenas y nuestras células, y en ese momento pude utilizar la herramienta Crispr para generar in vitro una población de células con todos los genes humanos perturbados y hacerles preguntas, por ejemplo: ¿cuáles son los genes humanos que nos hacen susceptibles o resistentes a tales infecciones bacterianas? y ese fue el proyecto que trabajamos en conjunto en colaboración con la gente del Instituto Broad”. Esa fue su primera aproximación con la técnica Crispr.

Cuando regresó a Chile, se instaló en la Universidad Autónoma en donde pudo trabajar y acercar más la tecnología Crispr, una técnica que ha generado un notorio interés en el mundo científico, pues permite editar el genoma de humanos, plantas y animales ya sea para corregir anomalías o introducir alguna característica.

La tecnología Crispr fue elegida como el hallazgo más importante del año 2015 por la revista Science. Blondel comenta que “es un cambio de paradigma aunque no nos estemos dando cuenta de ello. La capacidad de alterar el genoma humano de una forma tan eficiente (antes no se podía), es algo que aún no logramos sopesar en cuanto a sus verdaderas implicancias”. Explica que se trata de uno de esos casos de descubrimiento científico que es super interesante per se, pues tiene ramificaciones que alcanzan lo social y las políticas públicas, lo que demanda hacer una reflexión, consigna.

Carlos Blondel fue uno de los ganadores el año 2017 de una distinción que entrega el Instituto Médico Howard Hughes y la Fundación Bill & Melinda Gates por desarrollar su línea de investigación en torno a por qué somos susceptibles o resistentes a diferentes enfermedades infecciosas. “La ciencia es mi pasión, es conocimiento y el estudio formal que realizamos para obtener ese conocimiento y en mi caso de cómo funcionan las bacterias, entenderlas y cómo se relacionan con nosotros. Es una forma de vida, mi señora diría que es todo para mí porque nunca me desconecto”, asegura riendo el investigador.

Blondel vibra con sus trabajos e investigaciones, aun cuando no están lejos de la controversia. En el caso de la técnica Crispr de la misma manera que ha sido aplaudida por el mundo científico, también pesa sobre ella un cuestionamiento ético en cuanto a la legalidad de la edición del genoma para el uso humano, pues tendríamos la capacidad de cambiarlo. Frente a esto Blondel señala que “es una discusión muy interesante, los resultados científicos tienen que ser divulgados lo más rápido posible, de acceso abierto a toda la población de manera que sean tomados por la sociedad e incluso por el mundo político para ir pensando en implicancias que requieran regulación en términos éticos, hasta dónde podemos llegar. No en el sentido de frenar la investigación, pero sí tener esas discusiones para el momento en que la tecnología ya esté madura, de tal manera de tener resuelto el tema ético y social”.

Los avances con la técnica Crispr están asociados a enfermedades de la sangre, incluso, asegura Carlos Blondel “ya para el VIH hay algunos proyectos que están en ensayo clínico en sus últimas etapas, algunas están comenzando porque Crispr no es la primera, había otras anteriores, si bien eran más difíciles y más ineficientes ya estaban avanzadas en ensayos clínicos y que habían mostrado ciertos resultados prometedores en el sentido de poder modificar tus células del sistema inmune. Si le ponemos la variable de Crispr lo hace todo más fácil y eficiente para todas estas cosas como el cáncer o el VIH, lo que se está pensando hacer como tratamiento”.

Además, Blondel señala que al trabajar la técnica Crispr en la Universidad Autónoma “trato de acercar a los investigadores jóvenes, como también no dejo de mantener mis redes con personas del instituto Broad y gente de Harvard en Boston”.  Así también sugiere a los estudiantes de la universidad interesados en la ciencia que se apasionen por lo que hacen “que descubran qué área les apasiona más porque todos los que estamos en esta profesión tenemos que lidiar con la frustración. Hay veces que sabiendo que el día anterior no funcionó nada, hay que seguir luchando por esto”.

 

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