Maximiliano Miranda y Mauricio Púa, de tercer año de Kinesiología, representaron a casi 80 estudiantes que recibieron los uniformes de la carrera con los que, a partir de ese momento, asisten a sus respectivos campos clínicos, aplicando en ellos los conocimientos adquiridos y desarrollando habilidades y destrezas a través de la interacción con usuarios.
“Aquí es cuando se hace realidad el sueño que algunos tuvieron hace años”, dijo Miranda en representación de sus compañeros del campus El Llano Subercaseaux. “Aquí se marca un antes y un después”.

“Me llena de orgullo el vernos llegar hasta este punto de la carrera, por la perseverancia y disciplina adquiridas en el transcurso de estos años. Los he visto reír, llorar, equivocarse y aprender de sus errores”.

“Allá afuera hay un mundo que por muy conocido que nos parezca, está lleno de aspectos que pasan desapercibidos. Hago el llamado a detectar esas situaciones y ver hasta qué medida nuestras acciones como profesionales pueden generar un cambio”.

“Quiero destacar el profesionalismo, calidad humana y humor con que cada profesor nos entrega aprendizajes significativos. Así que no se sorprendan si tarde o temprano ven en el mundo los frutos que han sembrado”, finalizó.

Representando al campus Providencia, Mauricio Púa recordó que el camino no siempre ha sido fácil. “Bueno, nadie dijo que así sería. Pero lo hemos logrado. Estamos a mitad de camino de convertirnos en profesionales”.

“En esta ceremonia vestimos por primera vez nuestros uniformes frente a nuestros amigos familiares y docentes. No es solo una prenda de vestir. Simboliza identificarnos con la carrera. Significa responsabilidad, confianza, respeto, orgullo y compromiso con lo que hemos aprendido”.

Pero vestirlo frente a los pacientes “implica entregar ayuda, los conocimientos y el apoyo necesario para su rehabilitación. El paciente confía en nosotros lo más importante para él: su vida, que se ve afectada no solo en su dimensión biológica sino también social, laboral y familiar”.

“Que el amor por nuestra carrera crezca con cada usuario rehabilitado; con cada articulación aliviada y con cada sonrisa de un usuario agradecido. Que el ejercicio de la profesión se fundamente en el acompañar, rehabilitar y reinsertar, y que la adquisición de conocimiento los acompañe a lo largo de sus vidas”. finalizó Púa.

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