Ante una posible solución a las problemáticas relacionadas con la pandemia por COVID-19 (la vacuna) y el período de vacaciones de verano, aumentan las expectativas sobre una mejora del escenario actual. No obstante, una segunda variante del virus y un repunte de casos en la zona norte de la Región del Maule, generan una especie de incertidumbre que podría tener consecuencias sobre la salud mental de las personas.
Así lo detalla el académico e investigador de la carrera Psicología de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dr. Alejandro Cifuentes, quien define la “expectativa” como una especie de pensamiento sobre algo que se anhela o desea obtener.

“Cuando las expectativas están muy altas, como con la superación del virus con una vacuna, ocurre el riesgo de frustrarse y la frustración se da al no cumplir la expectativa alta que teníamos, lo cual nos hace sentir mal, con decepción, irritabilidad y tristeza, es decir, fomenta una especie de perpetuación o agudización de síntomas ya registrados como parte del proceso de pandemia”, comenta.

Cifuentes lamenta que situación similar ocurra con las vacaciones y el período estival. “Muchas personas pueden haber visto en las vacaciones, después de mucho tiempo de pandemia, la oportunidad de relajarse, de dejar las rutinas online, pero este período no sólo vino de la mano de una nueva variante del virus, sino también con un aumento considerable de los casos activos, esto es lo que se ha denominado como rebrote o segunda ola, que muchas ciudades de país están viviendo o están por vivir. Evidentemente nuestras expectativas de poder realizar algo terminan afectadas y esta posibilidad de dejar de lado esta ´nueva normalidad´ y quitarnos la espinita del zapato se limita, entonces, parece que tenemos que vivir con esta situación actual”, comenta.

La persona se sume en un “desamparo aprendido”, puesto que asimilan que a pesar de todo lo hecho, el contexto no cambia, lo que conlleva a sensaciones como: “nada está en mis manos” o “ya todo da igual”, lo cual tiene efectos negativos.

 

PERMISO DE VACACIONES

En período de vacaciones y en Fase 2, en el caso de Talca, el Permiso de Vacaciones se muestra como una alternativa para dejar la rutina. Este documento permite salir una única vez de vacaciones a comunas en fases 2, 3, 4 o 5, hasta el 31 de marzo.

Ante esta alternativa, Cifuentes detalla que “vacacionar no necesariamente quiere decir ir a un lugar lejano y gastar muchos recursos… Entendemos que no todos tienen esa posibilidad. Pero sí sería importante que las personas pudieran utilizar el permiso para realizar un quiebre de la rutina. Eso ya va a ser beneficioso para la salud mental. No importa que quizás sea sólo ir a la precordillera de Linares. No tienen que salir del país… Será una

especie de descanso o descongestionamiento de las actividades diarias y cotidianas, que nos tienen de una u otra forma atrapados, que no necesariamente se presentan como beneficiosas para la salud mental”.

 

¿QUÉ HACER?

La circunstancia de vida de cada persona es diferente, por lo cual “no existen recetas” o soluciones infalibles, comenta el académico. “Aquello que nosotros podríamos sugerir puede funcionar para algunos, pero no para otros, como realizar actividades recreativas en contextos protegidos o videollamadas con amigos para mantener el contacto social… La invitación es que cada persona evalúe sus necesidades y posibilidades para hacer frente a esta pandemia”, refiere.

A escala general y con base en la adaptación pertinente a cada caso, Cifuentes sugiere evitar la sobreexposición a información relacionada con la pandemia, así como a pensamientos catastróficos o generalizados, hacia la negatividad. “En este caso relatos como: nunca vamos a salir de esta o todo va a empeorar”, subraya.

El académico explica que estas ideas no contribuyen a mejorar la salud mental de las personas, sino que se transforman en una especie de “profecía autocumplida”. Si se piensa bajo ciertos esquemas, se generan conductas relacionadas o consecuentes con lo pensado, lo cual a su vez reafirma dicha idea y se convierte en un círculo vicioso.

Si es posible elegir entre pensar positiva y negativamente, idealmente escoger la primera opción, a fin de generar mismas conductas.

Cifuentes recomienda establecer rutinas o un diario de actividades, las cuales a su vez respeten patrones de sueño, higiene y alimentación, ideales para el cuidado de la salud mental.

Sobre las comunicaciones reitera que estas deben permanecer activas. “Si tiene la posibilidad de realizar llamadas y contacto vía chat, hágalo, sino converse con sus vecinos. La mayoría de las veces se cuenta con la posibilidad de adaptar las condiciones, aunque no se tengan los modelos tecnológicos para poder hacerlo. Es sumamente importante evitar el aislamiento social, porque lo que se sugiere en torno a las medidas sanitarias es un aislamiento físico… Podemos mantenernos socialmente activos, aún con distanciamiento físico”, apunta.

También aconseja realizar ejercicios de relajación y/o meditación en períodos de ansiedad, práctica cuya efectividad, asegura, ha sido comprobada por teóricos y diferentes estudios. Además, contenido de este tipo se encuentra disponible, incluso de manera gratuita, a través de diversas plataformas y recursos.

Detalla que si las vacaciones y ajustes en la rutina diaria no generan resultados favorables, idealmente, la persona debe buscar ayuda profesional.

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