Las fortalezas, debilidades y desafíos de la formación universitaria en Psicología, fue el tema central del seminario realizado en la Universidad Autónoma de Chile convocado por la Dirección de carrera y que contó con la participación del presidente nacional del Colegio de Psicólogos de Chile, Rodrigo Molina.
En su intervención, el dirigente gremial señaló las distintas escuelas epistemiológicas y la actual desregulación del ejercicio profesional, como factores que influyen en la variedad de enfoques y líneas formativas en la educación superior.
“Los planes y programas son distintos entre una casa de estudios y otra. Por otra parte, en el discurso público todas ellas comparten su convicción de que la profesión posee un fuerte sentido social”.
Ello se contrapone, a su juicio, con la ley vigente en esta materia que “establece que el titulado es esencialmente generalista; es decir, que todos los estudiantes terminan la carrera sabiendo lo mismo”.
En todo caso, Molina destacó que los procesos de acreditación de las carreras –que en la caso de la Universidad Autónoma de Chile es por cuatro años-, “ha tendido a uniformar criterios a este respecto”.
Por su parte, el docente magíster Pablo Gutiérrez, miembro del equipo de gestión de la carrera en esta universidad, coincidió en las diferencias existentesen la formación profesional, no como ocurre en áreas como las pedagogías, el Derecho o la Medicina.
“En Psicología hay programas con énfasis en el área biológica; otros en neurociencia o el sistema nervioso. En asignaturas de Psicología y Personalidad, por ejemplo, tampoco se estudian a los mismos autores y tendencias”.
Puntualizó que a partir de su dilatada experiencia académica y docente, es necesario articular un mayor dialogo “serio y profundo” entre las carreras de Psicología.
El psicólogo titulado en la Universidad Autónoma de Chile es un profesional generalista, con los conocimientos teóricos y metodológicos, competencias y habilidades para evaluar, diagnosticar e intervenir desde su disciplina, en los distintos contextos de los ámbitos clínico, educacional, organizacional, jurídico, social comunitario y de salud.
De la misma forma, está en condiciones de investigar los fenómenos de la realidad psicosocial, contribuyendo así al conocimiento disciplinar.
Es, además, capaz de reconocer y movilizar sus recursos personales adaptándose a diferentes contextos y necesidades, mostrando un comportamiento ético, respeto por las personas y responsabilidad social.
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