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Con gran asistencia de público se dio a conocer en el salón Paraninfo de la Universidad Autónoma de Chile el libro y documental  “Ramal Talca-San Clemente”, creación que busca contar la historia de una de las ramificaciones de la línea central de ferrocarriles y cuya inauguración data de principios del siglo XX.

Gracias a un Fondart adjudicado por la Universidad Autónoma a principios del 2014, el apoyo de esta casa de estudios y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), el abogado Osvaldo Valenzuela, junto a los historiadores Alejandro Morales y el profesor de nuestra casa de estudios Dr.  Raúl Sanchez, dieron  forma a este ambicioso proyecto, la reconstrucción histórica de un momento relevante para el desarrollo económico y social de la región del Maule.

Para la U. Autónoma es fundamental generar iniciativas que impulsen la investigación de los diversos ámbitos de vida cotidiana, así lo de destacó el Director de Extensión y Comunicaciones, César Hernández, “ para nosotros es un honor haber sido parte de la trilogía  de instituciones que patrocinaron la creación de este libro y documental sobre el Ramal Talca- San Clemente, el que al igual que el resto de los ramales de Chile, tuvo un rol preponderante en  la conectividad de la población cercana, como también para los productores agrícolas y ganaderos de esta zona del Maule.  Es fundamental que como Universidad apoyemos e impulsemos el rescate de nuestra historia”.

Asimismo, Alejandra Albornoz, Jefe de Gabinete del Consejo Regional de la Cultura y las Artes,  puntualizó “dentro de las líneas con las que trabajamos, el patrimonio cultural material e inmaterial, es  una de las ramas que más nos interesa fomentar, desarrollar y apoyar. En este sentido, crear proyecto a partir de los fondos concursables  nos parece una tremenda posibilidad de aportar con un granito de arena al desarrollo de documentales y libros, entre otros. Por lo tanto, estamos complacidos en ver el resultado de esta investigación seria referente a la importancia de este Ramal”.

En efecto, desde la creación del primer ferrocarril en Chile (1851) – el que unía las ciudades de Caldera y Copiapó-  éste comenzó a generar una acción civilizadora donde el comercio y la socialización fueron los principales protagonistas de la vida desarrollada en torno a las estaciones, las que no sólo recibían pasajeros; sino que también, productos agrarios o minerales (dependiendo el sector del país) gracias a la creación de vagones mixtos los que llevaban pasajeros y carga al mismo tiempo. Este escenario  se replicó en torno a cada pequeña estación por donde pasaba esta maquinaria humeante. Por tanto, el tren no sólo fue un medio de transporte, sino que uno de los pilares de la economía a fines del siglo XIX.

La región del Maule tampoco fue la excepción hacia fines de 1800, durante el gobierno de Jorge Montt se inició la creación  ramales y entre estos se contempló la formación de una vía ferroviaria que uniera la ciudad de Talca con el fundo cordillerano el Colorado. El objetivo  principal fue facilitar la movilización  de personas e insumos agrícolas provenientes de la zona ubicada al oriente de la capital provincial entre los ríos  Maule y Lircay.

Esta primera iniciativa sería descartada por su alto costo, pero  en noviembre de 1903 al ritmo de campanas y silbatos, el  tren cuyo costo no superó los  414 pesos oro,  hacía su primer trayecto completo. Así se inaugura el Ramal Talca- San Clemente  con un recorrido aproximado de 20 kilómetros en los que pasajeros contaban con 6 estaciones de detención.

DSC_0276La primera estación era Talca de donde salía el tren dos veces por día, la segunda; Club Hípico de la cual no quedan vestigios y donde actualmente se emplaza la Universidad Católica del Maule. La tercera correspondía al fundo de 350 hectáreas llamado Huilquilemu, lugar donde se producía trigo, cebada y vinos. La cuarta estación llamada Mercedes, ubicada en el kilómetro 10 del ramal, en el año 2010 fue declarada monumento histórico sometido a reparaciones  y hoy se destina al uso comunitario. Así en el kilómetro 14 se emplazaba la penúltima parada, Aurora, denominación dada gracias al fundo colindante a esta parada. Finalmente, la estación San Clemente, aldea que a la época contaba con 4 mil habitantes, registro civil y escuelas públicas.

Fuera de los datos duros aportados por el documental y el libro, lo que buscan rescatar los historiadores es la vida comercial y social que se creó entorno a la línea ferroviaria “este es el quinto libro que publicamos en torno al tema de la identidad regional y por primera vez avanza sobre un tema que fue muy importante para el imaginario colectivo chileno. El tren tuvo una acción civilizadora en la población, fue la representación de la evolución y el progreso. Al mismo tiempo, se convirtió en el panorama familiar donde se dieron los espacios de ocio popular y la recreación, ambas representadas por personajes típicos de la zona. A pesar de la corta duración de este Ramal, nos pareció relevante plasmar todo lo que se generaba en torno a él”.

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