Varias son las lecturas que pueden hacerse de los trágicos atentados terroristas en Bruselas ocurridos hace algunos días, y cuya autoría se adjudicó el denominado “Estado Islámico”.

Todo parece indicar que efectivamente se trata, en parte, de una respuesta a la detención de uno de los sospechosos de los últimos ataques ocurridos en París, tras una orden europea de arresto y entrega emitida por Francia.

Estos hechos “suponen un debilitamiento de la seguridad interior de la Unión Europa, y han obligado a los Ministerios de Interior de cada país a dar un paso al frente en detrimento de la comunitarización del espacio europeo en libertad, seguridad y justicia”, señaló el Dr. Antonio Muñoz, docente e investigador de la Universidad Autónoma de Chile.

El rápido cierre de las fronteras de Bélgica y Francia, sumado a otras decisiones similares a raíz del masivo movimiento de refugiados, ya sea según el Convenio de Ginebra o de facto, es a su juicio un síntoma del cuestionamiento que se hace hoy de las políticas de libre circulación, a lo que se suma un debilitamiento de la solidaridad, el menoscabo de la institucionalidad europea y la disminución del espíritu federalista.

Asegura que este escenario constituye un retroceso en la protección de las garantías ciudadanas, donde el control de los límites entre los Estados es clave, como muestran la jurisprudencia de las Cortes de derechos humanos.

Dr-Antonio-MuñozExplica que “los Estados actúan de forma descoordinada. El cierre de las fronteras en virtud de los acuerdos existentes deber ser analizado y verificado desde una Comisión de la Unión Europea, con sede en Bruselas, y no de las capitales de los países miembros”.

“Los sistemas de control creados en la década de los ’90, Schengen o Dublín, ya no pueden hacer frente a la masificación de personas que entran al espacio comunitario. Esos mecanismos ya han sido superados por el número y la libre circulación está amenazada”, plantea.

El experto en Derecho Internacional por la Universidad Carlos III de Madrid, subraya el peligro que supone el no poder controlar desde el exterior la circulación hacia el interior del territorio comunitario.

En ese sentido, recuerda que bloques continentales como Australia, Estados Unidos o Canadá, por ejemplo, son polos de atracción para refugiados e inmigrantes. Aunque tienen una política cohesionada y centralizada, en ocasiones sus estrictas medidas control en esa materia son criticadas por organismos internacionales y ONGs por vulnerar compromisos internacionales.

Para el Dr. Muñoz “el elemento esencial de la libre circulación es el control de las fronteras exteriores. A estos movimientos masivos se suma el tráfico de armas y explosivos, que son relativamente fáciles de ocultar y trasladar por vía terrestre, y que opera en el marco del libre tránsito de mercancías y es otro peligro frente al cual las salvaguardias comunitarias se ven desapoderadas”.

Por último, insiste en que combatir el terrorismo implica “apuntalar las libertades civiles y que el Poder Judicial conozca el detalle de los protocolos policiales y los procedimientos de seguridad”.

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