El impacto de la revolución digital ha sido cuantificado entre una a dos veces el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos de aquí al año 2025, según una prestigiosa consultora internacional. “No hay ninguna manera que algo de esta dimensión no nos afecte a todos y en todo”, señaló el especialista en desarrollo digital Alfredo Barría, durante una charla en la Universidad Autónoma de Chile.
La actividad fue organizada en conjunto con la Facultad de Ingeniería en Santiago y el Colegio de Ingenieros de Chile, en el marco del ciclo de conferencias sobre productividad e innovación.
Explicó que la transformación tecnológica se refleja -por ejemplo- en que un teléfono celular integra hoy funciones que antes realizaban varios dispositivos: cámara fotográfica, reproductor de música, procesador de texto, correo electrónico y GPS.
El siglo XXI, «el de las tecnologías de información y comunicación», está marcado por una nueva sociedad y una nueva economía. Se caracteriza por un cambio social, la reducción exponencial de los costos de producción, la destrucción creativa y la globalización; todo, a raíz de la irrupción de lo digital.
Ello provoca un aumento en la calidad de vida y el desarrollo económico, con efectos transversales en la sociedad y en los sectores público y privado.
Nuevos modelos de negocio, como Uber, Alibaba o Facebook, y la creciente importancia de habilidades laborales que a su juicio no están consideradas en los criterios de selección ni los planes curriculares, como la inteligencia social y la colaboración virtual, son hoy cambios “disruptivos” en el auge y caída de paradigmas.
“Son los trabajos del conocimiento los que están creciendo, haciendo cada vez más relevante la productividad intelectual”, sentenció.
“América Latina no está preparada para enfrentar estos desafíos. Desde la Colonia ha estado centrada en generar valor a partir de recursos naturales, sin haber podido hasta ahora hacerlo a partir de intangibles”.
Lo más urgente para realmente implementar tecnologías habilitadoras de negocios es “un mindset distinto, un cambio cultural. La forma en que estamos haciendo las cosas hoy no está todo mal, pero se debe entender que se acabó para siempre la posibilidad crecer solo sobre la base de los recursos naturales”.
Alfredo Barría es máster en Dirección de Empresas por las universidades de Navarra y Lérida (España). Fue Gerente de Administración y Finanzas de compañías en ese país. A su regreso a Chile en 1992, fundó una empresa de software.
Desde 1997 se ha dedicado a la consultoría en desarrollo digital, comercio electrónico y estrategia digital, siendo además profesor invitado en universidades chilenas y extranjeras y parte del equipo que elaboró el programa gubernamental sobre Agenda Digital.