Desde el año pasado y hasta el 2015, el Dr. Samuel Durán ocupa el asiento principal como presidente del Colegio de Nutricionistas. Junto a la docencia en la Universidad Autónoma de Chile, asume con orgullo la labor de representar a todos los profesionales del país y, desde esa posición privilegiada para el debate nacional encabeza la tarea de mejorar la calidad de vida y redefinir con ello el rol del Nutricionista.
El destacado académico divide su tiempo entre las responsabilidades gremiales, la docencia universitaria y la investigación en ámbitos tan relevantes como adultos mayores, sueño, obesidad y edulcorantes no nutritivos.
En una reciente entrevista al blog nutricomparte –dedicado a temas propios de la especialidad-, precisa que hoy está concentrado en “varios proyectos en curso, escribiendo artículos, recolectando información, coordinando algunas investigaciones con nutricionistas chilenos y extranjeros”.
Frente a la situación nutricional de los chilenos, Durán sostiene que atravesamos una “post transición alimentaria nutricional, lo que nos hace redefinir nuestro rol”. En sentido, precisa que el nutricionista cumple “una función central frente a las enfermedades crónicas no transmisibles en la promoción, prevención y tratamiento, pero es necesario prepararnos para enfrentar esta problemática”.
Asegura que la formación profesional para lograr ese objetivo nace en la universidad pero debe ser continua a lo largo de toda su vida profesional.
“Me gustaría ver al nutricionista trabajando en escuelas y hogares de ancianos pero con jornada completa y no a honorarios; en la industria alimentaria y en el diseño de productos saludables; liderando equipos de salud tanto a nivel primario como secundario”.
Ese es el camino que al menos Samuel Durán ha determinado durante su corta pero fecunda carrera profesional. Tras titularse de la Universidad de Concepción, se integró a un proyecto comunitario en Talcahuano para ejercer luego en diversos consultorios de esa ciudad puerto.
Ya en Santiago comenzó una especialización en Promoción de Salud. A ello suma diplomados en Nutrición y Salud, Promoción de la Salud y un Doctorado en Nutrición y Alimentos, y su ingreso a la academia y el Programa de Obesidad Infantil en CEDINTA.
De su paso por el pregrado recuerda “tardes de biblioteca con amigas, juntarse a estudiar todo un sábado y terminar estudiando una hora el resto era sólo vida social”. Del futuro, espera “seguir creciendo como profesional, trabajando en mis líneas de investigación y aportar mi grano de arena para que nuestra profesión tenga el lugar que merece en nuestra sociedad”.
A los futuros nutricionistas, por otro lado, sugiere que “no se queden con lo que les entregue su profesor, sólo es una parte. Busquen información en libros, artículos científicos y páginas serias; pidan a sus profesores que los orienten a buscar e informarse”.
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