Iniciada la principal competencia futbolística entre las selecciones del continente, los chilenos se han preparado de diversas maneras para disfrutar tres semanas de intensidad deportiva.
Este verdadero hito del balompié, se está realizando por séptima vez en nuestro país, lo que añade otro ingrediente emotivo a la cuadragésima cuarta edición de este torneo.
Cotillones, promociones, vasos, vinos y productos de belleza con motivos alusivos a la Copa América 2015, inundan el mercado nacional, al igual que el considerable aumento en la adquisición de televisores, contrataciones de servicios de cable y autorizaciones especiales para regresar a casa antes del inicio del partido serán la tónica por estos días.
En este sentido, figuras como Arturo Vidal, Claudio Bravo y Alexis Sánchez, que simbolizan esfuerzo, garra y liderazgo, generan grandes expectativas y hacen soñar a la hinchada con dejar la Copa América por primera vez en casa, más aún luego del triunfo del partido inaugural en que Chile ganó dos a cero frente a Ecuador.
Sin embargo, detrás del fervor popular y las grandes esperanzas puestas en los jugadores nacionales, existen dos marcadas aristas. Primero, hay una explicación sociológica para esta respuesta masiva frente a un fenómeno externo. Segundo, esta conducta replicada a gran escala, involucrando gran parte de la sociedad, también tiene un impacto económico.
Para el sociólogo Claudio Vásquez, asociado al Centro de Investigación- CEGES- de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, hay que entender que más allá de la pasión y el sentimiento irracional “el fútbol es una industria gigantesca que moviliza mucho dinero. De esta manera, el hincha chileno, más allá de llevar su pasión hasta la cancha o frente al televisor, también reúne productos consumidos a propósito de la Copa América. Así entonces, al ser el fútbol una industria que incita el consumo a través de la pasión, se espera que las ganancias que deje este torneo en Chile estén entre los 56 y 60 millones de dólares”.
Para el investigador, a diferencia de otros países latinoamericanos, Chile no cuenta con grandes carnavales más que el de la Tirana, mientras que el 18 septiembre más bien se transforma en una época vacacional. “Los chilenos tenemos muy pocas oportunidades que nos permiten celebrar, siempre estamos afligidos por problemas económicos, préstamos, AFP, entre otros. Por tanto, esta celebración nos permite reconocernos como parte de un todo, incluso, derribando barreras sociales. Esa es la razón porque la gente gasta tanto dinero, porque necesita sentirte parte de algo grande”, explica Vásquez.
Lo anterior, nos remite a la teoría económica sobre “las expectativas racionales”, la cual señala que en un escenario de expectaciones positivas tanto el productor como el consumidor tenderán a aumentar su actividad, generando un ciclo virtuoso de consumo e inversión.
Para el economista, Guillermo Riquelme, también perteneciente al CEGES, la Copa América 2015 en Chile ha generado expectativas positivas respecto del resultado de nuestra selección. “Se espera que La Roja se destaque por sobre el resto de los equipos durante el desarrollo de este torneo, lo que ha provocado que los distintos agentes económicos actúen en coherencia teórica con un aumento en el consumo e inversión. De ahí, el incremento que se ha observado en la compra de bienes y la contratación de servicios, en especial, lo referido a televisores, equipamiento del hogar y, en general, todo lo convergente al evento futbolístico”.
Para Riquelme, este aumento en el consumo es directamente proporcional a los logros que vaya obteniendo la selección. Vale decir, que si los jugadores no logran llegar a la final, lo más probable es que el comportamiento de los consumidores tienda a ser más austero.