En las últimas décadas, las teorías del desarrollo han comenzado a redescubrir la importancia de la escala local como instancia de intervención social, medidas de fomento y marco para la aplicación de políticas públicas. A su vez, en buena medida consecuencia del proceso de globalización, la escala local ha sido revalorizada como instancia de participación, interés e identidad por parte de la ciudadanía. Sin embargo, el fuerte centralismo que ha caracterizado a Chile (y América Latina en general), reviste el desafío múltiple para los funcionarios municipales de adaptarse a nuevas realidades sociales, a las demandas crecientes de la ciudadanía por una relación más participativa con el municipio y a la implementación de políticas públicas aplicadas a su territorio específico, reconociendo su heterogeneidad y sabiendo destacar sus potenciales de desarrollo.