La pandemia de COVID-19 también ha dejado en evidencia la realidad que viven los extranjeros en nuestro país, muchos de ellos haitianos que deben lidiar con las barreras idiomáticas que dificultan el acceso a soluciones en áreas como la salud, educación o empleo.
Una de las instituciones encargadas de brindar apoyo a los extranjeros residiendo en Chile es la Fundación Madre Josefa, presente en el país desde Iquique a Temuco, y en el Maule entregando un soporte fundamental a los extranjeros que han vivido con dificultad la pandemia.

La hermana Sonia Salas, directora de la fundación en Talca, se refiere a las barreras que enfrentan los migrantes durante esta pandemia, siendo una de las principales la falta de empleo. “El hecho de estar en cuarentena en casas muy pequeñitas o compartir la casa con otras familias es complicado. También esto les ha traído problemas de desempleo o les han limitado un poco el trabajo, les pagan la mitad del sueldo por medio día. Hay situaciones muy complicadas, familias completas que están los dos padres sin trabajo, entonces son realidades que estamos recibiendo a diario acá en la fundación”, afirmó Salas.

Otra de las dificultades presentes para los migrantes es la barrera idiomática, sobre todo en el acceso a la atención de salud. “En el caso de los haitianos, ellos no tenían mucho miedo al Coronavirus porque toda su vida han vivido situaciones difíciles, entonces, nos ha costado mucho hacerlos entender que deben tratar de estar en sus casas para evitar contagios. De hecho, muchos se han contagiado y desde los centros médicos han pedido a la fundación un traductor para poder comunicarse con ellos, hablar y darles a conocer que están contagiados”, aseveró.

Al respecto, la carrera Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, ha venido realizando desde el año 2016 un trabajo mancomunado con la Fundación Madre Josefa, el que se tradujo en la ejecución del Programa de Español para la Comunidad Haitiana.

El director de carrera, Dr. Christian Troncoso, hace hincapié en el refuerzo idiomático que se necesita replicar en los centros de salud del país. “En 2018, el Ministerio de Salud publicó “Herramientas de la facilitación lingüística para funcionarios de salud en kreyol ayisyen”, un manual que buscaba entregar herramientas básicas sobre lengua kreyol. Sin embargo, este tipo de herramienta no ha sido del todo incorporadas por los funcionarios, ni por los centros; a lo más, hoy pueden verse escuetos letreros en los Cesfam que señalan direcciones, boxes y oficinas en kreyol, pero es necesario atender a aspectos mucho más específicos en la atención de salud, es decir, no basta con preguntarle dónde siente el dolor a un paciente, sino cómo es ese dolor, por ejemplo, un dolor de cabeza puede ser punzante, agudo, ´”irradiar” hacia otros órganos, etcétera. En este caso, la mayor parte de nosotros explica el dolor de modos metafóricos propios del español chileno, esos recursos lingüísticos a menudo se pierden en la traducción y puede conducir a un mal diagnóstico o problemas aún mayores. Yo creo que, sin duda, el sistema de salud necesita integrar de mejor manera a la comunidad haitiana, sin embargo, no creo que el problema sea solo de los funcionarios, claramente, necesitamos una política país de integración”, destaca Troncoso.

Entre las personas que mayormente llegan a la Fundación Madre Josefa requiriendo ayuda, se hallan ciudadanos provenientes de Venezuela, Haití, Ecuador, Argentina y Uruguay. Actualmente, la fundación sin fines de lucro, se encuentra recibiendo ropa de abrigo, frazadas, alimento y útiles de aseo, para poder otorgar ayuda a las más de 3 mil personas que acuden a la institución buscando amparo en tiempos difíciles.

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