El tercer retiro del 10% de los fondos de las AFP asomó como una posibilidad que persigue dar respuestas a consecuencias de la pandemia en la economía de los chilenos, según indicó el  investigador del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dr. Guillermo Riquelme.
“Parece ser una consecuencia lógica del escalamiento de la pandemia y su impacto brutal en la población. Sólo cabe recordar que esta pandemia sanitaria ha cobrado la vida a más de 22 mil 500 compatriotas, con cerca de 950 mil de contagiados, a lo cual se suma la pandemia socioeconómica con una pérdida de más de 2 millones de empleos, agudizando la informalidad y precariedad del trabajo, golpeando con mayor fuerza a las mujeres, quienes han debido intensificar su dedicación al cuidado de los niños, ancianos y enfermos”, comenta.

A juicio del académico, las medidas dictadas por el Gobierno han sido insuficientes y con un exacerbado criterio de focalización. En este sentido, cuestiona que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), tras modificaciones, dependa de la etapa del Plan Paso a Paso en que se encuentre la comuna y de los días en que se mantenga en ella, lo que se convierte en “un criterio de focalización socioeconómica para la entrega de recursos”.

Riquelme se pregunta si acaso las familias en comunas sin cuarentena están en mejores condiciones que las que están con mayores restricciones.

Considera dicho cambio como “errado y sin asidero con la realidad”, a la vez que lo define como una “técnica economicista de asignación de recursos, llamada priorización, que no tiene nada que ver con la focalización social que se suele esgrimir”.

Dadas las circunstancias, Riquelme subraya que la solicitud de retiros de los ahorros de los cotizantes de las AFP cobra fuerza. Sin embargo, esta seguidilla agudiza el debilitamiento del actual sistema de capitalización individual.

En este sentido, el Proyecto de Reforma al Sistema de Pensiones enviado por el Ejecutivo deberá sufrir varias modificaciones.

El académico enfatiza que Chile debe avanzar hacia un sistema de seguridad social robusto que contemple no sólo mejores pensiones, sino que releve el trabajo decente, la seguridad laboral y la salud pública como sus pilares fundamentales. “Ello contribuirá sustancialmente al verdadero desarrollo socioeconómico que el país necesita y se merece”, reflexiona.

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