El sábado 3 de abril se atrasaron nuestros relojes, dando paso al denominado horario de invierno, una modificación que afecta nuestro ritmo biológico, lo que puede ocasionar cambios de ánimo, irritabilidad y malestar general.
El docente de Psicología de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Mg. Pablo Reyes, explicó a qué se debe el desarrollo de estas conductas y las recomendaciones que debemos seguir para que este proceso de adaptación sea más llevadero. “Como punto de partida, es importante considerar que la vida se lleva a cabo mediante la integración de ciclos que son repetitivos. Estos ciclos repetitivos son los llamados ritmos biológicos. Un cambio de horario genera una alteración en estos ritmos biológicos. Estas alteraciones apuntan, por ejemplo, al sistema nervioso central, generando una mayor somnolencia, una mayor irritabilidad, una menor concentración y también algún grado de dificultad de memoria. También provocan fatiga, una baja de rendimiento y una menor productividad, como también una sensación de malestar general, cambios de ánimo y trastornos digestivos, entre otros, ya que se liberan de forma un poco desregulada los líquidos que son parte del jugo gástrico. En otros casos puede aumentar el apetito de forma nocturna y a la vez se incorporan algún grado de molestias psicosomáticas, ciertos dolores musculares y dolores de cabeza, por ejemplo”, describió el docente.

Ante las alteraciones producidas por el cambio de horario y variación en nuestras rutinas, es necesario seguir algunos consejos para hacer frente a estas dificultades. “Primero comenzar a modificar tres a cuatro días antes del cambio de horario nuestros hábitos de sueño y empezar a dormir un poco más temprano. Evitar el consumo de ciertos estimulantes como el café o alguna bebida que pueda ser energizante. No dormir siesta, también eso es un factor que nos va a ayudar. Evitar el uso de pantallas telefónicas o de televisores al menos una hora antes de que nos vayamos a dormir”, afirmó Reyes.

La noche del sábado 3 de abril, Chile inició el denominado horario de invierno en Chile continental, con excepción de la Región de Magallanes. En la mayor parte del país se dejará atrás el horario de verano que comenzó a regir en septiembre de 2020. La ley 8.777 estableció en 2018 que el cambio horario de invierno empezará en Chile Continental a partir del primer sábado de abril y que se extendería hasta las 00:00 horas del primer sábado de septiembre.

 

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