El confinamiento por la contingencia sanitaria mundial por COVID-19 ha hecho que las plataformas digitales se conviertan en ese espacio de contacto virtual que permite mantener relaciones sociales, educativas, laborales y económicas, entre otros tipos. Sin embargo, en este contexto de apresurados cambios hacia la digitalización, personas, corporaciones y sistemas han migrado a la red de redes exponiendo a su vez datos personales y otros tipos de información de alto valor.
Jenny Morales5Sobre el riesgo que de alguna manera se asume al desarrollar las actividades diarias a través de la web, la directora de la carrera Ingeniería Civil Informática de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Dra. Jenny Morales, apunta que en el contexto de la pandemia por COVID-19, muchas personas se han sumado a las plataformas digitales para desarrollar, entre diversas actividades, el teletrabajo, por lo tanto, el uso de Internet para conectarse a los sistemas, correos, sitios web, entre otros, se hace relevante y necesario.

Sin embargo, entre los riesgos presentes en este proceso, la experta menciona la posibilidad de ser objetos de “phishing”, práctica a través de la cual desconocidos con intensiones maliciosas, obtienen información privada de una persona, valiéndose de un engaño con el uso de una herramienta como Internet.

“En este ámbito hay que ser muy precavidos debido a que podríamos ser víctimas de “phishing” (o una suplantación de identidad)…Para realizar `phishing´ utilizan correos electrónicos, redes sociales, sitios web, entre otros, los cuales son falsos pero muy similares a los originales, con el objetivo de que las personas les entreguen información privada, como lo son los datos de cuentas bancarias y claves de acceso”, comenta Morales.

RECOMENDACIONES PARA EVITARLO

Para evitar ser víctimas del “phishing”, la académica de la Universidad Autónoma apunta que no se deben abrir correos electrónicos de personas desconocidas; ni enviar claves y datos de cuentas por correo electrónico; ni abrir URL (o enlaces) enviados por terceras partes.

Se debe establecer una correlación entre el nombre de quien firma el correo y el dominio desde el cual se envía el correo. Por ejemplo, si dice ser un mail del banco, lo esperable es que luego del nombre del mail corresponda un “@banco” y no un dominio diferente, sin relación a la organización en cuestión.

Tampoco se debe aceptar a desconocidos en redes sociales, ni descargar archivos cuya procedencia se desconoce.

Para la académica lo ideal es adaptar los entornos virtuales y las prácticas diarias a este tipo de medidas, a fin de evitar ser víctimas de prácticas maliciosas cada vez más frecuente.

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